La apasionante Baja de Plascencia

Empezamos el día como se debe: con un café de verdad en un sitio que le rinde culto a sus productores alrededor del mundo: Caffe Sospeso. “Yo me considero un aficionado del café. Este lugar me lo recomendó hace algunos años Javier González, director del Culinary Art School. Cuando lo probé cambió mi perspectiva de lo que pensaba que era una buena taza de café”, dice Javier mientras pide un “pecado”: un capuchino inolvidable.

Comparto con Javier el gusto por este templo del café donde hace cuatro años conocí a Alberto Song, propietario y amante de esta bebida, quien lleva a los visitantes de Sospeso por una experiencia casi religiosa alrededor de una taza.

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